El estilo de vida tiene un profundo impacto en el pranamaya kosha y sus pranas. Las actividades físicas como el ejercicio, el trabajo, el sueño, la alimentación y el sexo afectan a la distribución y el flujo de prana en el cuerpo. Las facultades de la mente, como la emoción, el pensamiento y la imaginación, afectan además al cuerpo pránico. Las irregularidades en el estilo de vida, las indiscreciones alimentarias y el estrés agotan y obstruyen el flujo pránico. El agotamiento de la energía de un determinado prana conduce a la desvitalización de los órganos y miembros que gobierna y, en última instancia, a la enfermedad o a la disfunción metabólica. Las técnicas de pranayama invierten este proceso, energizando y equilibrando los distintos pranas del pranamaya kosha.
La respiración es el proceso más vital del cuerpo. Influye en las actividades de todas las células y, lo que es más importante, está estrechamente relacionado con el rendimiento del cerebro. La mayoría de las personas respiran mal, utilizando sólo una pequeña parte de su capacidad pulmonar. La respiración suele ser entonces poco profunda, privando al cuerpo de oxígeno y prana esenciales para su salud. Los practicantes desarrollan la sensibilidad del proceso respiratorio y reentrenan los músculos de la cavidad pulmonar, aumentando su capacidad vital y preparándolos para el pranayama.
La respiración rítmica, profunda y lenta estimula y es estimulada por estados de ánimo tranquilos y contenidos. La respiración irregular altera los ritmos cerebrales y provoca bloqueos físicos, emocionales y mentales. Esto, a su vez, conduce a conflictos internos, a una personalidad desequilibrada, a un estilo de vida desordenado y a la enfermedad. Aunque la respiración es principalmente un proceso inconsciente, se puede tomar el control consciente de la misma en cualquier momento. Por lo tanto, forma un puente entre las áreas consciente e inconsciente de la mente. Mediante la práctica del pranayama, la energía atrapada en patrones mentales neuróticos e inconscientes puede liberarse para ser utilizada en actividades más creativas y alegres.
Respiración y duración de la vida
Además de influir en la calidad de vida, la duración o cantidad de vida también está dictada por el ritmo de la respiración. Los antiguos yoguis y rishis estudiaban la naturaleza en detalle. Observaron que los animales de respiración lenta, como las pitones, los elefantes y las tortugas, tienen una larga vida, mientras que los de respiración rápida, como los pájaros, los perros y los conejos, viven sólo unos pocos años. A partir de esta observación, se dieron cuenta de la importancia de la respiración lenta para aumentar la vida humana. Un ritmo respiratorio lento mantiene el corazón más fuerte y mejor nutrido y contribuye a una vida más larga. La respiración profunda también incrementa la absorción de energía por parte del pranamaya kosha, aumentando el dinamismo, la vitalidad y el bienestar general.