El campo del arte meditativo puede ser verdaderamente comprendido si estudiamos y descubrimos honestamente el significado de los dos términos que lo componen. Aunque estamos muy familiarizados con los términos "Arte" y "Meditación", es beneficioso definir primero cada uno de estos términos, desde el punto de vista de un principiante, antes de ver cómo y dónde se relacionan.
El arte
El término Arte se refiere generalmente al proceso o al producto de disponer intencionadamente objetos, símbolos o colores. Esto se hace de forma que influya o afecte al intelecto, a uno o varios de los sentidos, así como a nuestras emociones. El arte es una expresión de la creatividad y puede aplicarse a través de una amplia gama de formas o modalidades que incluyen diversas artes escénicas, artes visuales y otras.
El arte y la creatividad se exploran en varios campos como: la cultura, la filosofía, la religión, la historia y la psicología; analizando su relación con las personas y su evolución en el tiempo y el espacio. Tradicionalmente, el término Arte se ha utilizado para referirse a cualquier habilidad, talento o saber hacer. Esta concepción cambió durante el periodo romántico, cuando el arte empezó a considerarse "una facultad especial de la mente humana que debía equipararse a la religión y la ciencia" (Gombrich, Ernst. (2005). "Comunicado de prensa sobre historia del arte" (Archivo Gombrich).
Meditación
La palabra inglesa meditation deriva del latín - meditatio, que significa: contemplar, pensar, reflexionar o meditar. Tradicionalmente, el término meditación se refiere a una práctica en la que se entrena o controla la mente como medio de autorrealización. La meditación suele ser una práctica personal orientada hacia el interior y guiada por un maestro espiritual o una doctrina. La práctica de la meditación no puede ser rastreada a lo largo del tiempo; ha servido y sigue siendo una parte importante e integral de las religiones y los caminos espirituales de todo el mundo. Un gran maestro de meditación me dijo una vez que "hay tantos métodos de mediación como practicantes de meditación, multiplicados por el número de sus prácticas". (Swami Anubhavanada). Hay innumerables formas y técnicas disponibles y posibles para la meditación. El campo de la mediación ha sido y es estudiado tanto en la ciencia como en la medicina, la cultura y, por supuesto, la religión, la filosofía y la espiritualidad.
El vínculo entre el arte y la meditación
Desde un punto de vista histórico
El vínculo entre el arte y la meditación parece haber formado parte de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Todos los caminos espirituales a lo largo de la historia de la humanidad han incorporado alguna forma de arte a su práctica espiritual, como medio de crecimiento e inspiración, o como medio de presentar sus historias mitológicas y sus dioses y diosas. Podemos encontrar pruebas de estas prácticas en esculturas antiguas, pinturas rupestres y objetos prehistóricos, así como en la literatura tradicional. Se conocen ejemplos en grandes y antiguas civilizaciones como: Mesopotamia, Persia, India, China, Antiguo Egipto, Grecia y Roma, Inca y Maya. Cada cultura desarrolló un método y un estilo específicos y distintivos en relación con su particular filosofía espiritual y los materiales y técnicas disponibles.
La meditación y el arte en nuestro tiempo
El arte meditativo es una práctica que apoya la meditación y es popular hoy en día entre las religiones y los caminos espirituales que utilizan y desarrollan el arte en varios campos para facilitar a los buscadores espirituales. Algunas de las más populares son la caligrafía zen, las pinturas indias madala y la danza sufí.
Arte meditativo
El arte meditativo se define como "la aplicación de un estado mental meditativo al proceso creativo". Se trata de una práctica espiritual cuyo objetivo es apoyar al buscador espiritual en su viaje hacia la autorrealización o la verdad. Esta práctica no es simplemente crear algo que se asocie a temas espirituales, ni es una terapia o un viaje al inconsciente.
La práctica del arte meditativo se centra en el estado mental del practicante más que en el producto o la obra de arte creada, como es habitual en las clases de arte habituales. El resultado de esta práctica es la elevación espiritual y el progreso del artista. La obra maestra o el producto creado no es más que un reflejo del estado interior desde el que se ha expresado la creatividad.
La intención del artista es estar presente, atento y disponible para dejar fluir su creatividad. Los sentimientos, las ideas y los pensamientos personales del artista se dejan a un lado, ya que éste se convierte en un recipiente vacío o, como el venerado maestro espiritual y artista sufí Rumi describe tan bellamente este estado, en una flauta a través de la cual su melodía única puede ser interpretada por la Divinidad.