Nuestra salud se basa en una relación entre el cuerpo, la mente y el espíritu -y el bienestar de cada parte- y el propio cuerpo físico es sólo una parte de la ecuación del bienestar general. Este principio holístico reconoce que una mente libre de estrés y feliz y una vida espiritual próspera son factores importantes para nuestra salud física. Así como el estrés y las emociones negativas erosionan silenciosamente nuestra fuerza vital, la práctica de la meditación libera una fuerza vital nueva y positiva -nacida de la inspiración, la felicidad y la paz- en cada parte de nuestra existencia, creando las condiciones óptimas para la vitalidad y la salud. Con la meditación, incluso nuestros patrones de sueño pueden cambiar: una mejora en la calidad, quizás una reducción en la cantidad. ¡Más tiempo y energía para vivir nuestra vida!
Todo comienza en el interior
La forma en que nos sentimos y funcionamos en nuestra vida exterior está determinada en gran medida por nuestra vida interior: nuestra felicidad, nuestra confianza, nuestro estado de ánimo, nuestra conciencia. A menudo tenemos poco poder para cambiar los acontecimientos del mundo exterior, pero podemos cambiar la forma en que respondemos a ellos. Cuando estamos felices y tranquilos, las dificultades y los problemas son fáciles de resolver; cuando estamos ansiosos o infelices, las mismas dificultades pueden convertirse en pesadillas. Toda nuestra experiencia vital está coloreada por nuestra propia conciencia: ¡nuestra vida es la creación de nuestra mente! La meditación equilibra los mundos interior y exterior y hace aflorar los colores brillantes de nuestra naturaleza: alegría, serenidad, cariño, fuerza. Estas cualidades positivas que surgen dan forma a nuestra propia experiencia de la vida, ya que todo comienza en el interior.
Los escritos de todos los grandes sabios y exploradores a lo largo de los siglos comparten muchas ideas y verdades recurrentes, una de las cuales es la creencia en la sabiduría y la belleza del alma humana. Sri Chinmoy describe el alma como "nuestro piloto interior": es nuestro Yo más elevado, nuestro Yo más verdadero, nuestra guía de vida interior. Cuanto más escuchemos a nuestra alma, más florecerá y prosperará nuestra vida exterior, y en el silencio y la quietud de la meditación, la sabiduría del alma puede sentirse y experimentarse más fácilmente. En todo en la vida -tomar decisiones, resolver problemas, buscar la realización y el propósito- el piloto interior está ahí para mostrarnos el camino, y podemos aprender a acceder a él a través de nuestra práctica profunda.
La promesa especial del alma
Los grandes sabios también nos dicen que cada alma es única y tiene algo muy especial que realizar en la tierra. Al escuchar a nuestro "piloto interior" empezamos a sentir y comprender cuál es el propósito más profundo de nuestra vida, y entonces nuestra vida exterior se pone cada vez más en sintonía con este conocimiento. Descubrir y cumplir la promesa especial del alma nos aporta una gran felicidad.
El poder de la mente
Muchas de las técnicas utilizadas en el aprendizaje de la meditación comparten un tema común: aprovechar y concentrar el poder de la mente. Los subproductos y beneficios de este esfuerzo son muchos: la capacidad de enfocar y concentrarse rápidamente, la mejora de la memoria, una calma en la mente meditativa que nos permite acceder a partes más profundas, intuitivas, creativas e inspiradoras de nuestro ser.
El poder del corazón
Sri Chinmoy da gran importancia al corazón espiritual en la búsqueda de la felicidad, ya que alberga muchas de nuestras cualidades espirituales más fuertes. La capacidad de expandirse, de profundizar en el amor; la compasión por los demás; la unidad de toda la vida; la sabiduría interior; la felicidad sin deseos, como la fragancia de una flor interior, que se extiende por nuestra vida: ¡un tesoro por descubrir! Atardecer en el océano El corazón es una conciencia sin ego, sin horizonte, y vivir "en el corazón" es uno de los secretos de la verdadera felicidad. Una de las principales formas de yoga, el bhakti yoga, también se centra en el corazón espiritual. Aquí el poder del amor devocional se dirige hacia Dios y ve la divinidad en todas las cosas.
Una vida tranquila
La meditación te convertirá en una persona muy pacífica. Esta paz llega a través de una creciente autoaceptación y confianza y un equilibrio interior que proviene de una parte más profunda de nuestro ser. Esta paz no es algo pasivo y frágil: es muy fuerte y dinámica. Este tipo de paz interior te elevará por encima del éxito, del fracaso, de los aspectos positivos y negativos de la vida: nos deja con un equilibrio adamantino y una sensación de distanciamiento tranquilo de las cambiantes fortunas y tribulaciones de la vida. Las personas que han desarrollado la paz interior son muy poderosas.
despertar
La meditación es el despertar a nuestra verdadera naturaleza, un camino espiritual hacia la iluminación, la autorrealización, la unidad con Dios. Por eso siempre hay que sentir gratitud por el impulso de meditar: hemos iniciado conscientemente el gran viaje del despertar que está en el corazón de toda la vida humana.
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