Un curso de meditación le resultará muy beneficioso para llevar una vida buena, sana y sin estrés. Los niños, en particular, pueden obtener el máximo beneficio cuando se practica a una edad temprana.
Te sorprendería saber que tan pronto como un niño aprende a hablar, está preparado para hacer algún tipo de meditación sencilla. A medida que los niños crecen, se añaden diferentes tipos de variaciones a estas clases de meditación. Seguirá creciendo a medida que maduren.
Muchos niños empiezan a meditar a partir de los 3 años. Muchas familias de todo el mundo animan a sus hijos a participar en diversos cursos de meditación.
La meditación es útil cuando los niños están aprendiendo. Ayuda a mejorar la concentración del niño. Además, proporciona una buena dosis de relajación, mejora la agilidad mental y también ayuda al niño a absorber una buena cantidad de información. Esto es especialmente útil para los exámenes y otros procesos relacionados con el estudio.
Un niño puede aumentar su capacidad de acumular autoconocimiento. Esto llena al niño de autoestima y aumenta su nivel de satisfacción.
Los niños que meditan tienen más posibilidades de aumentar su agilidad mental, su resistencia y su inteligencia. Se sabe que la creatividad de estos niños es mayor que la de los que no meditan.
Los expertos creen que la diferencia entre el éxito y el fracaso es la capacidad de concentración. La mayoría de las prácticas espirituales y de meditación permiten al niño enfocar su mente sin tener que intentar concentrarse. Estas cosas surgen de forma natural y espontánea.
La meditación también es muy útil para hacer frente a la presión de las líneas agitadas. La mayoría de los niños tienen que pasar por estos días debido a la presión de los estudios y otras expectativas de sus padres y familiares para que les vaya bien en los exámenes.
Hay varias formas de enseñar a tu hijo a meditar:
En primer lugar, la forma más sencilla y comúnmente adoptada es contratar a un instructor para que enseñe a su hijo a meditar.
En segundo lugar, intente pedirle a su hijo que haga una larga lista de pensamientos y frases positivas. El niño debe concentrarse en estas frases y pensamientos. Incluso puedes grabar estas frases con la voz de tu hijo.
En tercer lugar, enseñe a su hijo el patrón de respiración en el que debe concentrarse. Deja que inspiren, espiren y vuelvan a inspirar. Deja que se sienten y se relajen con los ojos cerrados.
Deja que tu hijo aprenda a relajarse mientras medita. Enséñales a resolver diferentes problemas de la vida. Deja que se concentre en el patrón respiratorio.
Hay algunas cosas que hay que tener en cuenta a la hora de enseñar a tu hijo a meditar:
a) Nunca obligues a tu hijo a meditar si no quiere hacerlo.
b) Cuando medite, intenta meditar con él. Esto aumentará su curiosidad e interés en el acto.
c) Intenta ayudar al niño cuando quiera mucho. De este modo, se fomentará la autoestima y la confianza.
d) Como padre, debes confiar en la comprensión intuitiva de tus hijos. Intenta ser lo suficientemente flexible como para ajustar el método de meditación según la edad y la personalidad de tu hijo.