Cómo no tener edad

Cómo no tener edad

1. Centrarse en el presente, no en el pasado ni en el futuro

Hubo un tiempo, dulce duende, en que eras la poesía misma, Christopher Morley

Cuando somos muy jóvenes, prestamos poca atención al pasado y al futuro, sino que vivimos el presente. Al hacerlo, estábamos plenamente presentes en nuestra experiencia (y no en nuestro pensamiento).

Los adultos siempre experimentarán la vida de forma diferente a los niños pequeños, pero centrarnos en el momento nos ayuda a:-

  • ser conscientes de la vida, la vida o la conciencia en todas las cosas y de nuestra conexión revitalizadora con ellas
  • estar más presentes, lo que nos ayuda a evitar accidentes, que es el factor más importante para mantenerse sano
  • evitar lastrar el peso del tiempo que nos imponemos con lamentos, preocupaciones, rencores, que deberíamos tener, en su caso, en el pasado/futuro...
  • relaja el cansado y, por tanto, envejecido hábito del pensamiento improductivo.

Siempre que pueda y como pueda (por ejemplo, parando el reloj, limitando los pensamientos innecesarios sobre el tiempo), olvídese del tiempo.

2. Preguntas abiertas en directo basadas en el presente

Centrarse en el presente no excluye la posibilidad de un cambio positivo. Al contrario, aumenta la probabilidad. Una forma eficaz de centrarnos en la presencia y facilitar el cambio que queremos ver es hacer preguntas abiertas y prestar atención a lo que entonces es diferente. Puesto que sólo podemos observar conscientemente una pequeña parte de la "realidad", observemos lo más útil.

3. Jugar fuera de tiempo

...algunas mujeres que trabajan con poder espiritual y atemporalidad adquieren una cualidad casi intemporal. Simon Buxton, La vía chamánica de la abeja

No tenemos que ser perfectos o especiales para jugar fuera del tiempo (o del "agujero", el campo de todas las posibilidades, la matriz, la fuente, la conciencia, Dios, etc.), sólo tenemos que soltar nuestro sentido de control y descender a nuestros corazones y seres. Cuando hacemos esto, tenemos un sentido y una conexión más plenos y profundos con el momento presente, y nuestro sentido del tiempo tiende a estirarse o encogerse. También tenemos una conexión más profunda con nosotros mismos, con los demás y con nuestro entorno, lo que nos permite ser conscientes y presentar muchas cosas que de otro modo pasaríamos por alto. Nuestro modo normal de existencia es unidimensional y, en comparación, nuestras interacciones son superficiales. En la dimensión atemporal, también podemos reconocer que nosotros y la vida somos perfectos, bellos, completos, lo que disminuye nuestro deseo de futuro. La entrega y la rendición del deseo permiten que lo que es intemporal, perfecto, bello y único dentro de nosotros brille a través de nuestros revestimientos exteriores, lo que puede darnos una cualidad intemporal.

4. Cultivar la intuición y la creatividad

Jugar en la brecha también nos hace más intuitivos y creativos, cualidades que podemos cultivar por separado. Los beneficios incluyen: -

  • estar menos atrapados y depender menos de nuestra mente racional y, por tanto, estar más presentes.
  • En lugar de centrarnos en personalidades, propias y ajenas, que no perduran, aportamos algo oportuno (relevante para el momento) de atemporalidad a nuestro mundo cotidiano.
  • desarrollar aptitudes y actitudes útiles
  • jugando fuera de tiempo

5. Abrirse, relajarse, aceptar y respirar

Cuanto más nos abrimos, relajamos y aceptamos, más energía puede fluir a través de nosotros. La relajación, la aceptación y la apertura se apoyan mutuamente.

Recursos sugeridos: El movimiento sagrado, el yoga, los estiramientos y los masajes pueden ayudar. De forma aún más sencilla y fundamental, podemos abrazar plenamente el aliento de la vida abriendo nuestro cuerpo mediante la respiración profunda y respirando en los lugares donde nos sentimos atascados o contraídos. Y podemos ser más abiertos, relajados y flexibles jugando más.

6. Vivir con el corazón abierto

El endurecimiento del corazón envejece más rápido que el de las arterias. Campo Franklin

La parte más importante de nosotros mismos que debemos mantener abierta es el corazón. Cuando cerramos nuestros corazones, restringimos la profundidad de nuestra conexión con los demás y con toda la vida, lo que restringe el flujo de energía, de vida. Como cultura, cada vez nos centramos más en nosotros mismos, pero estudios recientes demuestran que quienes prestan un apoyo significativo a los demás tienden a vivir más tiempo.

7. Vivir con la mente abierta

Úsalo o piérdelo.

Si no utilizamos la mente, ésta tiende a atrofiarse y a perder flexibilidad. Nuestros pensamientos y actitudes repetitivos acaban afectando a nuestra expresión facial, de modo que nos convertimos en caricaturas de nosotros mismos. Para no envejecer, tenemos que usar bien la mente, prestar atención a lo que repetimos y hacer, aprender y pensar continuamente cosas nuevas.

Una forma de entrar en la dimensión intemporal es ser absorbido por algo. Todas las creencias (que son pensamientos que hemos oído repetir a nosotros mismos o a los demás) pueden impedirnos volver a percibir la vida, lo que también nos impide interesarnos por algo lo suficiente como para ser absorbidos. Para la absorción, debemos aceptar todas las ideas como provisionales y buscar las que nos interesen.

8. Estar abierto a la vida

Y llegó un día en que el riesgo de permanecer encerrado en un capullo era más doloroso que el riesgo de florecer. Anaïs Nin

Puede parecer que podemos aferrarnos a la vida durante más tiempo si permanecemos cerrados, pero al hacerlo nos separamos de la vida y del flujo de la energía vital. Prosperar implica perseguir lo que nos interesa y asumir riesgos inteligentes. Además de hacer cosas nuevas, vamos a por todas, con pasión, dándolo todo. Esto acelera la fuerza vital dentro de nosotros, excitándonos para la vida. Incluye una aventura interior.

9. Cultivar la alegría y la energía

Para aumentar nuestra fuerza vital, hacemos bien en cultivar la alegría y la energía. Cada persona es diferente y, por tanto, todos tenemos que descubrir qué es lo que nos da más alegría y energía. Esto incluye lo que comemos, dónde vivimos, cómo pasamos el tiempo y con quién y qué lo pasamos.

Cuando somos pobres, solemos aislarnos. Sin embargo, estar en medio de la energía positiva de los demás, aunque sólo sea en una cafetería entre desconocidos, puede subirnos la energía y la moral. Para obtener resultados aún mejores, cultiva amistades y hábitos que mejoren tu vida, tu alegría y tu energía. Menciono los hábitos porque algunos de nosotros pasamos más tiempo con Internet o la televisión que con nuestros amigos

10. Evite forzar

En la antigua China, las personas que padecían una sola enfermedad solían ser las más sanas. Muchos de nosotros también nos hemos beneficiado de una llamada de atención, pero nuestros arraigados hábitos de acelerar, de creer que más y más rápido es mejor, y nuestra incapacidad para escuchar a nuestro cuerpo a menudo provocan importantes contratiempos.

11. Sea dueño de su propio poder

Para evitar el desgaste muscular y la osteoporosis, nuestros músculos necesitan ejercicios de carga. Del mismo modo, otros músculos, como los de la toma de decisiones y los que utilizamos para sentir, apoyarnos o expresarnos, necesitan ejercicio. Cuando las personas mayores entran en cuidados y dejan de utilizar estos músculos, tienden a envejecer rápidamente. Incluso antes de eso, cuando estos músculos no se utilizan eficazmente, puede que seamos infantiles, pero nuestra energía suele estar bloqueada o cargamos con lastres emocionales, lo que nos hace envejecer prematuramente.