La clasificación de las posturas de yoga siempre ha sido objeto de debate en la cultura yóguica. Algunas escuelas de yoga clasifican las posturas de yoga como de pie, sentado, espalda cerrada y vientre cerrado, mientras que otras las clasifican como flexión hacia delante, flexión hacia atrás, torsión, inversión, extensión y equilibrio.
Aquí me gustaría poner el punto de vista tradicional sobre la clasificación de las posturas de yoga donde sólo hay 3 categorías de la siguiente manera:
Puestos culturales
Posiciones de disparo
Posturas de meditación.
POSTURAS CULTURALES: Todas las posturas de yoga que ayudan a estirar el cuerpo desde diferentes ángulos/direcciones se denominan posturas culturales. Al activar determinados músculos, ligamentos, tendones y nervios, las posturas culturales pretenden liberar la tensión de todas las partes de nuestro cuerpo. Los efectos de las posturas culturales no se limitan a los músculos y las articulaciones, sino que también estimulan nuestros órganos internos y nos ayudan a regular sus funciones. Como resultado, no sólo ganamos flexibilidad y fuerza en nuestro cuerpo, sino también un mayor bienestar físico y una mayor sensación de control. Estas posturas pueden ser muy terapéuticas, ya que ayudan a prevenir diversas dolencias, como el dolor de espalda. Todos los tipos de flexiones hacia delante, hacia atrás, torsiones, equilibrios, inversiones y extensiones son posturas culturales. Por ejemplo: Pachimottasana (flexión sentada hacia delante), Bhunjasana (postura de la cobra), dhanurasana (postura del arco), vrikshasana (postura del árbol), Ardhya-matysendrasana (giro sentado), Shirshasana (postura de la cabeza), etc. Son posturas culturales.
POSTURAS DE RELAJACIÓN: La finalidad de estas posturas es aportar descanso al cuerpo entre y/o después de la práctica de las posturas culturales. Tradicionalmente, sólo existen 2 posturas de relajación: SHAVASANA (postura del cadáver) y MAKARASANA (postura del cocodrilo). Una sesión típica de Hatha Yoga suele terminar con Shavasana, ya que proporciona al cuerpo un descanso completo y el practicante de yoga se siente más fresco y con más energía después de sentirse cansado. En la tradición yóguica, SHAVASANA es de gran importancia porque la práctica de YOGA NIDRA (sueño físico) se realiza en SHAVASANA. SHAVASANA también es muy terapéutico y es muy recomendable para las personas que sufren de hipertensión, insomnio, etc. MAKRASANA (Postura del Cocodrilo) es muy beneficiosa para fortalecer el diafragma y activar la respiración diafragmática. Respirar correctamente significa literalmente vivir feliz y vivir más conscientemente. Especialmente en el mundo moderno, donde no respiramos bien, MAKARASANA es de gran importancia para aquellos que a menudo respiran por el pecho. Esto no debe olvidarse (la respiración torácica produce ansiedad y tensión en el cuerpo). La respiración diafragmática es también una base excelente para el PRANAYAMA y la MEDITACIÓN.
POSTURAS MEDITATIVAS: La finalidad de las POSTURAS CULTURALES y las POSTURAS DE RELAJACIÓN es preparar el cuerpo para la postura meditativa. Las posturas de meditación proporcionan estabilidad y comodidad para que el cuerpo permanezca sentado más tiempo sin distracciones físicas durante la meditación. Es importante recordar que la estabilidad física y la comodidad son complementarias. La estabilidad en las posturas de meditación aporta gran comodidad y viceversa. Las posturas de meditación ayudan a mantener la espalda recta al conservar las curvas naturales de la columna vertebral. Al mantener la espalda recta, permitimos que nuestro diafragma se mueva libremente y así no hay bloqueo en el flujo de energía durante la meditación. Se puede elegir una postura cómoda para meditar que permita un flujo sanguíneo adecuado a la mitad inferior del cuerpo. Existen un total de 4 POSTOS MEDITATIVOS según la tradición: SUKHASANA, PADMASANA, SIDDHASANA y SWASTIKASANA
Nota: Algunas tradiciones recomiendan la VAJRASANA (postura del rayo) como postura de meditación. Pero, tradicionalmente, no es una postura de meditación.